Pregunta: “¿Cuál es la respuesta cristiana a la violencia doméstica?”
Respuesta: La respuesta cristiana a la violencia doméstica comienza con la Palabra de Dios. El matrimonio es la primera institución que Dios estableció entre las personas. Hombres y mujeres fueron creados ambos a Su imagen, como compañeros iguales con roles distintivamente diferentes (Génesis 1:27). Un hombre es la cabeza, o autoridad, de su casa (Efesios 5:23; 1 Pedro 3:1). Con esto viene la responsabilidad de ganarse el respeto de su familia y la comunidad. Colosenses 3:19 manda a los maridos a amar a sus esposas y nunca tratarlas con dureza.
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” (1 Pedro 3:7)
Los maridos deben amar a sus esposas como aman a sus propios cuerpos. “Pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia” (Efesios 5:29). Los hombres son líderes que sirven, no exigiendo autoridad o sumisión, pero tratando a sus esposas de tal manera que la sumisión se convierte en su respuesta natural. “Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mateo 20:28).
El abuso infantil es también fuertemente condenado por Dios. Aunque la disciplina es importante, debe ser su propósito corregir y dirigir al niño a la justicia, no como una manera de sacar la ira injustamente. “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” (Efesios 6:4).
Colosenses 3:21 dice: “Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desanimen.” No debemos hacer nada para destruir el espíritu de nuestros hijos, o destruir su inocencia. Jesús fuertemente advierte a aquellos que podrían causar que los niños tropiecen o pierdan la fe en Él (Mateo 18:6).
Las víctimas de la violencia doméstica necesitan ser protegidas, hasta ser trasladadas temporalmente a un lugar seguro si es necesario. Si una esposa está siendo abusada por su marido, necesita separarse de él mientras él recibe tratamiento por su violencia. Una vez que un consejero cristiano bíblico lo ha juzgado apropiado reunirse la pareja, deberían hacer todo lo posible para conciliar y vivir en paz, siguiendo el asesoramiento de la familia y/o del matrimonio.
Esto sólo es posible si ambas partes están dispuestas a comprometer sus vidas a Cristo y a hacer a Dios la cabeza de su hogar. Deben encontrar una iglesia cristiana local de enseñanza bíblica y comprometerse a la membrecía. También deben encontrar a cristianos espiritualmente maduros que están dispuestos a discipularlos individualmente o en grupos pequeños. Los beneficios de esto son muchos, incluyendo la responsabilidad por sus acciones. “El SEÑOR es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia. En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, SEÑOR, jamás abandonas a los que te buscan.” (Salmo 9:9-10).
Usado con permiso de GotQuestions.org